martes, 30 de junio de 2009

Vivir sólo cuesta vida.


Hoy me digno a escribirles una vez más. ¿A quienes? A ustedes, a vos, la o el que me lees, el que trata de entender mis acertijos, mis vanas maneras de demostrar lo que me pasa por la cabeza, o por el corazón.
Hoy no quiero hablar (o escribir) acerca de un tema específico, acerca del amor, la felicidad, la adolescencia o alguna que otra huevada que se me ocurre mientras tipeo estás letras, estas palabras, estas frases... Hoy, más que nunca, van a saber lo que esta humilde servidora piensa acerca de este mundo. Este mundo del cual cada uno, llegado el momento, va a partir. Este mundo que sólo es una escala en el camino de nuestra alma, quizá de nuestro espíritu. Este mundo lleno de bondad, maldad, egoísmo, vanidad, caprichos. Lleno de gente buena y de gente "mala". Este mundo repleto de pobreza, de riquezas, de reyes y reinas, de monarcas. Lleno de gobernantes, de pobladores. Lleno de almas y de cuerpos, lleno de todo. Este mundo del cual tengo miles y millones de cosas que criticar y otras mil maravillas que observar, que admirar. Este mundo redondo, este mundo que alguna vez creyeron plano, este mundo, el cual habitamos sin respeto alguno, un mundo que algún día se va a acabar. Un mundo lleno de tragedias y de maravillas. Un mundo del cual cada uno de los habitantes alguna vez quiso desaparecer. ¿Quién no pensó alguna vez "tragame tierra"? Pero muy en el fondo de cada uno de nosotros, todos sabemos que este mundo es genial, que todo lo malo que pasa, tiene una solución, todo puede mejorar. Cada uno de nosotros, puede poner su granito de arena para que esto mejore, aunque haya muchísimos habitantes que en su lugar ponen mil de cal. No escribo esto como un llamado a la reflexión de nadie, cada uno sabe lo que esta bien y lo que esta mal. Cada uno tiene su criterio acerca de las cosas.
Hay ciertas cosas que no podemos cambiar, pero podemos mejorar. El cambio de todo, empieza siempre por el cambio de uno. Yo por ejemplo sé que tengo muchísimos defectos como persona: soy un poco egoísta, soy muy celosa, soy vanidosa, autoritaria. Me encanta ser el centro de atención en todo momento, tengo un carácter muy fuerte. Casi siempre estoy de mal humor. Soy vaga, cómoda. Pero también como entendí muchos de esos errores, hay algunos que logré cambiar. Ahora me considero una persona mejor de la que fui. Sé que muchas veces me cagué en mucha gente, pero supe reconocerlo y pedir disculpas. Pero también como soy consiente de mis defectos, soy consiente de mis virtudes: soy generosa, cariñosa, demostrativa. Ya no soy egoísta como antes. Soy complaciente (a veces demasiado), hoy en día me considero una buena persona, que todavía tiene mucho por cambiar, pero que por lo menos empezó el cambio. Gracias a reconocer mis errores, por ejemplo, pude recuperar a una de las más maravillosas personas que conocí, de la cual estuve separada mucho tiempo (para mí, demasiado), una persona de la cual entendí muchas cosas. Ahora sabemos aceptarnos como somos, admitiendo que nadie es perfecto y que uno nunca puede pretender que el otro cambie porque a uno se le canta. Ahora esa persona es mi mejor amiga, desde hace ya 6 años, ahora esta persona es una de las más importantes en mi vida, es genial. La quiero como a una hermana, comparto todo con ella, y no me canso de estar a su lado.
Pero de nuevo me fui por las ramas, como siempre termino en lo mismo, el amor. El afecto, el cariño. ¿Será que es lo más importante en mi vida?
Gracias a cada uno de los que se toman el tiempo de leerme, de comprenderme.
Carolina Narvaja.

"Vivir sólo cuesta vida"

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