martes, 30 de junio de 2009

El tesoro de los inocentes.


El tesoro que no ves, la inocencia que no ves. Los milagros que van a estar de tu lado cuando comiences a leer de los labios y a ignorar los embustes y gustar con tu lengua de las aguas que son dulces, aunque te sientas mal. Si no hay amor que no haya nada entonces, alma mía, ¡No vas a regatear!
¡Un hermoso día el de hoy! ¡Ay! ¡Qué bello día es hoy! Está para desatar nuestra tormenta que va a tronar por el dolor. Juegan a "primero yo" y después a "también yo" y a "las migas para mí" y cierran el juego porque ya saben que... el tonto nunca puede oler al diablo ¡vida mía! ni si caga en su nariz.
Esa mancha que está allí... Por allí... ¡En el suelo! ¡Allí! Y en tu bella cicatriz parece sangre y sin embargo sonreís.
¡El tesoro que no ves! ¡La inocencia que no ves! El placer es tan oscuro como el culo de un topo negro y si no hay amor que no haya nada entonces, alma mía ¡No vas a regatear!
Placer que es cruel... Le echás el guante sin lágrimas... A tu pena allí nomás... Y el mundo allí nomás.
El sol cocina lento... Placer que es cruel... Vos siempre estás con una excusa a flor de labios... Sin lágrimas.. Con tus dolores allí nomás, sin vida, con tu sangre en el suelo.

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