jueves, 21 de abril de 2011

~

Cuando más te necesité, huíste.
Cuando más lloré, no estuviste.
Cuando me reí, no me oíste.
Cuando tuve frío, no me abrazaste.
Cuando las cenizas de mi cigarrillo caían, nunca tuviste el cenicero en la mano.
Cuando mis pasos andaban rápido, nunca estuvieron los tuyos a su lado.
Cuando caminé lento, vos corriste.
Pero todavía te necesito, todavía te extraño, todavía te escucho y te siento. Me hacés falta.
Todavía escucho esas notas que se disipan en el viento, con vos...
Escucho tu voz, una octava más arriba que la mía, siempre.
Siempre que quieras volver, yo estoy. Pero un día espero no estar.
Espero algún día desaparecer, irme lejos y no volver.
Desearía que me necesites y me extrañes aunque sea una milésima de lo que yo te extraño y necesito a vos.
¿Dónde estás?

No hay comentarios:

Publicar un comentario